La cabaña familiar restaurada hasta el último detalle, jardín cuidadísimo, y el trato, inigualable. Los dueños se desvivieron por informarnos y acomodarnos. Mi hijo de 3 años disfrutó muchísimo en el columpio,en la hamaca, dando de comer al corderito con biberón...está cercano a playas, Santander, Valles Pasiegos y poblaciones principales. Sin duda la recomiendo. Muchas gracias por todo, volveremos!!!
Estuvo en Abril 2017, en familia